jueves, 28 de junio de 2012
Cuando se tiene el corazón oprimido
porque la pena se ha apoderado de él,
cuando el quejido te ahoga la garganta
porque no lo dejas salir a respirar,
cuando los ojos arden y la humedad los quema
porque las lagrimas se secan allí;
cuando la piel se enerva y se pierden las fuerzas
porque los argumentos de la razón se han debilitado;
cuando cierto desasosiego queda en el ánimo
porque algún contratiempo ha surgido;
cuando el destino desfavorable causa enfado,
enojando con desagradable irritación el disgusto,
porque el, pesar del esfuerzo, nos privo
del envanecimiento que la acción,
por estar acompañada del ufamiénto,
perdió el sentido del orgullo.
porque la pena se ha apoderado de él,
cuando el quejido te ahoga la garganta
porque no lo dejas salir a respirar,
cuando los ojos arden y la humedad los quema
porque las lagrimas se secan allí;
cuando la piel se enerva y se pierden las fuerzas
porque los argumentos de la razón se han debilitado;
cuando cierto desasosiego queda en el ánimo
porque algún contratiempo ha surgido;
cuando el destino desfavorable causa enfado,
enojando con desagradable irritación el disgusto,
porque el, pesar del esfuerzo, nos privo
del envanecimiento que la acción,
por estar acompañada del ufamiénto,
perdió el sentido del orgullo.
Cuando con ello nace la perdida
que quita la dignificación y el explendor,
que de la acción se debería haber desprendido,
porque falta el adorno que exaltaria la alegria.
Cuando en su lugar solo queda
la amargura que envilece y humilla,
enmascarando y embarullando
los mas profundos ideales, que
inundaban de alegria el sentimiento.
Por qué, después de haberse evaporado,
solo dejan residuos del encadenamiento
que engurruña el pensamiento…
Solo entonces es el mejor momento
para abrir los brazos, gritar en silencio
llamando al Mundo y restablecer la armonia
que interrumpió la melodía, porque
unas cuantas notas FALLARON.
TE QUIERO LUZ.
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