martes, 24 de junio de 2014
Por la manera de estar constituida y formada la persona en su origen
congénito, traería consigo un conjunto de tendencias derivadas de su “base
estructural” que ya le pertenecen por haberlas superado en el BIEN, y por lo tanto
ya son suyas por Derecho Divino, esas cualidades son innatas en el individuo y
puede hacer uso de ellas cuando su deseo lo considere oportuno y necesario; la
materia, es decir el cuerpo se formara dentro del útero materno arreglado a las
necesidades de su “paquete mental”, es decir, con arreglo a lo que su cuerpo
mental, cuerpo emocional y cuerpo etérico necesiten para manifestarse en la
tierra, aportando cada uno de ellos la vibración que le corresponda a su materia
por evolución.
Por eso se nace en el lugar y familia oportuna y necesaria para
seguir el proceso de cada uno, de ahí las tendencias derivadas del patrimonio
hereditario o de origen congénito , adquiridas en el útero o hasta el primer llanto
del bebé, y esta seria la llamada caracterología innata.
Aquí cabe hablar de lo que teníamos que haber aprendido en el Bien,
pero que no fuimos capaces de superarlo, y que tenemos que volver a intentarlo
cuantas veces las Leyes consideren oportuno, hasta que quede totalmente
superado e integrado en la “base estructural” que marca la progresión de la razón.
Continuara...
DESDE LA PLENITUD... CHUS.
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