lunes, 23 de junio de 2014



        Todo lo que conforma el carácter del ser humano, con el conjunto de tendencias, tanto emotivas como afectivas, obligatoriamente ha de fijar unos limites de normalidad dentro del perfil que configura lo necesario para adaptarse al bien común, y lo que sobresalga de esos limites marcados ha de clasificarse como extraña diversidad de referencias, con predominio de modos de comportamiento particulares que pueden desembocar en valores patológicos mas o menos definidos de la personalidad.



          El sentido que pueden adquirir los conceptos del carácter, como temperamento y personalidad, tanto normales, como desviados o patológicos, entran dentro de lo concerniente al sentido mismo de lo psicológico, filosófico, ético y moral.



      En esta acepción que marca el carácter con las tendencias emotivas y afectivas, que rigen las relaciones del individuo con las demás especies y con la suya, no solo pueden ser congénitas, también pueden ser adquiridas en y por las condiciones del medio donde se desenvuelve cotidianamente el individuo.



Continuara...

Desde la Plenitud... CHUS.



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