miércoles, 18 de junio de 2014
Para entender a Dios hay que formar parte de El y sobretodo aceptar
Sus consecuencias, que son las que mas nos aproximan a la unidad que forma con
todo lo creado, desprendernos de lo que creemos posesión nuestra nos hiere, pero
solo en lo escaso del razonamiento terrenal porque lo mas preciado que tenemos
es la vida y a cada segundo que pasa de tiempo nos enseña que ni siquiera de eso
somos dueños, y ni así lo queremos aceptar con naturalidad, siempre esta la queja
absurda suscitada por el dolor que se siente al obligarnos a desprendernos de lo
que no queremos soltar.
Los apegos no son mas que la consecuencia de la inclinación que se
tiene a lo que se considera de la exclusividad de uno y se quiere que forme parte
de nosotros, pero apartan del FIEL, por eso los excesos inclinan la balanza y
producen desequilibrio, “que todo te importe y nada”, y si te crees despojado de
algo que pienses que te puede o hace falta, no dudes de la generosidad del cielo,
los elementos con los elementales buscaran la forma de que no te falte lo que generosamente has compartido en equilibrio y por amor.
Sostener el Amor a Dios y no decaer en la intensidad de las fuerzas con que se debería Amarle, es muy difícil, siempre esta esa pequeña duda de ¿porque
esto ahora?, ¡no me lo merezco!, es como si sostuviera encima de nuestras
cabezas un garrote que dejara caer cuando mas tranquilos estamos y menos lo
esperamos, sin darnos cuenta que lo que suceda es que lo necesitamos para
experimentar y obtener conocimiento adquirido con la practica, según se necesita,
de notar, sentir, sufrir, alegría, sonrisa...etc..
Continuara...
OS QUEREMOS LUZ Y AMADO.
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