sábado, 15 de marzo de 2014
Si hablamos de los sentimientos en los niños, hemos de darnos cuenta
que todo lo que produce reacción, con capacidad para provocar determinadas
acciones, tiene que ser educado; la propiedad principal de la CAPACIDAD es estar
preparada para contener más de una aptitud, para así poder aprender a
desarrollar cualquier cualidad que en un determinado momento de la vida se
necesite.
En el articulo del heterónomo ll, se habla de impartir, desde la cuna,
hábitos de protección que capaciten al infante para adoptar la actitud adecuada
en cualquier momento de su vida. El ambiente de la crianza de un niño lo ha de
cualificar para un determinado fin en su vida; habilitar al niño para algo concreto
en su futuro, solo depende de las veces que se le muestre el camino a seguir,
pues, las emociones llevadas a los extremos de máximo (+) y mínimo (-)
impregnan, junto con la memoria la capacidad cerebral que motiva las
emociones, y el cerebro aprende a reaccionar de inmediato poniendo en marcha
lo ya aprendido.
Por esto es tan importante salvaguardar la fragilidad del infante
y facilitarle aprendizajes correctos dentro del Bien común y alejarlo de fanatismos
políticos, religiosos y lúdicos; la igualdad y respeto dentro del genero humano y
las razas; para alejar de su corazón racismo socio-económico con discriminación
social, afirmando la supremacía indiscutible de una de ellas por color de piel,
genero o solvencia económica o moral.
Continuara...
Desde la Plenitud... Chus
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