miércoles, 2 de julio de 2014



       El carisma que una madre o un padre ejerce sobre los que dependen de ellos, es el punto de referencia que han de ejercitar para la estabilidad y aprendizaje del control y valoración de los sentimientos, de ahí que la estructura familiar sea un soporte imprescindible para el buen desarrollo de la afectividad en los años anteriores al presenio.





   No importa que las bases estructurales de la familia no se asienten necesariamente en la pareja, hoy en día, tanto hombres como mujeres, muchas veces se encuentran en la necesidad de dirigir la crianza y educación de sus hijos en solitario; basta con ser el bastión que guarda y dirige la fortificación familiar, y procurar que no se pierdan los valores que tan necesarios les van a ser cuando terminen su aprendizaje.




         La persona que se haga cargo de dirigir a la familia ha de hacerlo con responsabilidad, estado de ánimo organizado, carisma para ser la referencia atractiva y estable, carácter para no dejarse avasallar y dominar por sentimentalismos que desorganicen y confundan a los infantes y adolescentes en el trato y comportamiento a seguir en cada momento, sin descuidar ni bajar la guardia ante situaciones que van a poner a prueba constantemente su bien hacer . 




Continuara...

DESDE LA PLENITUD... CHUS.



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