jueves, 17 de abril de 2014

       Dios confía en el hombre, traicionar su confianza es rendirse a lo que separa y desvía del camino a seguir. Ese daño que se crea, causado por uno mismo, y que puede interferir en el desarrollo espiritual de alguien y de uno mismo, es atentar contra el BIEN COMUN y no ayuda al espíritu de grupo.



          Jesucristo asistió a la humanidad enseñándoles la tolerancia, el perdón y la bienaventuranza, que deben de esperar los que confían en EL y su obra; ayudo a elevar la casa de su PADRE y se puso a Su servicio intercediendo por los hombres siempre que lo invoquen para que les sirva de ayuda ante DIOS y Su creación.



OS QUIERE... LUZ. 


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