lunes, 28 de abril de 2014
Para calificar los hechos y el comportamiento de los demás, nunca se
puede tomar como referencia de comparación la actuación de uno mismo; para
formar una opinión hay que basarse en unos indicios que no sean conjeturas
precipitadas y para ello es preciso tener en cuenta las cualidades que lo
caracterizan, como inteligencia, carácter, modalidad, intereses...etc, con las
condiciones propias de cada uno, ademas de como todo lo externo puede llegar
a influir en su toma de decisiones, pues no se debe de olvidar la cantidad de
influjos que debilitan las voluntades del ser humano toda vez que contribuyen
poderosamente a decidirle.
Pasar por alto una sola circunstancia puede ser motivo de conducir a
un error, a la hora de sacar conclusiones, se corre el peligro de equivocar la
determinación que llevó al sujeto a tomar dicha decisión para faltar a lo que
entendía era su deber, por eso espiritualmente no se deben juzgar los
comportamientos, ya que son infinidad de obstáculos los que a la sazón median
para actuar ante una circunstancia que sitúe la moralidad, el carácter y la virtud
en un serio compromiso de salir airoso ante las pasiones, el orgullo y el deber.
La contraposición del miedo, la cobardía, el ceder ante las debilidades que infieren directamente causando ofensas, daños, heridas morales y profundas, sacando unas consecuencias, a veces ignoradas, que arrastran tras ellas el alma del individuo, porque su proceso evolutivo a si lo exige y demanda por la progresión de la razón, nunca pueden ser juzgados por las leyes humanas, eso corresponde al espíritu y a quien hay que dar cuenta es “AL ALTISIMO”, ya que se aleja del entendimiento de los hombres y sus conciencias.
La contraposición del miedo, la cobardía, el ceder ante las debilidades que infieren directamente causando ofensas, daños, heridas morales y profundas, sacando unas consecuencias, a veces ignoradas, que arrastran tras ellas el alma del individuo, porque su proceso evolutivo a si lo exige y demanda por la progresión de la razón, nunca pueden ser juzgados por las leyes humanas, eso corresponde al espíritu y a quien hay que dar cuenta es “AL ALTISIMO”, ya que se aleja del entendimiento de los hombres y sus conciencias.
Continuara...
Os queremos.... LUZ Y AMADO.
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