miércoles, 30 de octubre de 2013



       Cuando la mente se siente importunada y atosigada incesantemente por pensamientos desdichados, originados por una situación perjudicial, se proyecta un asedio hacia los pensamientos condicionando su estado de ánimo y anulando su efectividad para resolver las dificultades presentadas.



    Las preocupaciones e intranquilidades son la respuesta utilizada por la mente ante situaciones que intuye o prevé de amenaza o peligro; ante una situación arriesgada, problemática, o dañina, la preocupación encierra un aviso de alerta que siempre hay que tener en consideración.



    Llevar a los extremos las preocupaciones y desbordar su umbral, supone alterar el ÁNIMO, y si este es anulado, las FACULTADES para resolver las dificultades que se está viviendo, también quedan menguadas, tanto como fuerte sea el desánimo.



OS QUIERO... AMADO. 



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