lunes, 23 de julio de 2012


 CARIÑO, el día que tu naciste luché con todas mis fuerzas para tenerte entre mis  brazos; te quiere  mami.

           El niño traen a mis brazos
 ¡acaba de nacer!
envuelto en lienzo blanco,
¡apenas lo puedo ver!.

















 


      Su carita sonrosada
dibuja dulce silueta
emborronando la mancha
que mi pupila no muestra.


      Escucho un eco lejano…
me trae de nuevo a la Tierra
pues en la casa del Cielo
no abren para mi su puerta.









 











      








En dormivela me quedo,
sin estar lejos ni cerca,
pero esta cabeza pequeña
que palpo entre mis tetas
¡me llama sin cesar!
no me deja entre dos velas.


      Ahora no puedo ir…
he de poner pie en tierra.









      













Mi voluntad incisiva
toma parte en esta afrenta
incoando la decisión
que incognoscible manifiesta.


     …Y salgo de la oscura noche
con la razón muy despierta.
  





         OS QUIERO… EVA.

      







1 comentarios:

LUCIA dijo...

como madre que soy me identifico con esta magnifica poesia. ¡que bien expresa lo que sentimos las madres al nacer nuestros hijos!
aunque esta va un paso mas allá .

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