miércoles, 9 de marzo de 2016
Ese flujo de huida que hacen pasar a los que sufren sus desencuentros
se ha convertido en una causa sin solución momentánea y que implica a todos los
continentes, a unos en mas medida que a otros, pero todos lo van sufriendo, y el alcance de los intereses políticos, sociales, económicos y religiosos están dando un
resultado que para nadie es predecible ni consolador, pero que las consecuencias
si empiezan a ser manifestadas en los ambientes sociales donde el miedo se hace
cada vez mas poderoso y esclaviza a las gentes que no se atreven a protestar ni
oponerse a ciertas situaciones que los convierten en desamparados de sus
gobiernos y sociedad, poniéndolos en peligro de muerte real y con tortura de
mucho sufrimiento.
Cada uno de estos momentos que se están viviendo es un reto en las
raíces de la identidad de las personas, y quienes quedan mas desorientados son
los niños que no solo se quedan sin su familiar sino que son objeto de todo tipo de
abusos, desde extirpación de órganos hasta los sexuales, siempre son los que mas
pierden en estos nefastos cambios que solo unos pocos quieren y se proponen y
que muchos sufren y van a sufrir durante mucho tiempo.
Casi todos esos embites y alientos heroicos para unos, frustrantes para
otros y mortales para muchos, han tenido una determinación religiosa con un
resultado de grandeza para unos y de dimensión trágica para muchos que los hace
incomparables con cualquier episodio de la era tecnológica en la que se vive, y la
mayoría causante son de la mas exquisita civilización desarrollada por el hombre.
Los fanáticos piden la aconfesionalidad para convertir ellos por la fuerza
a sus marionetas vivientes.
OS QUIERO... AMADO.
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