lunes, 29 de septiembre de 2014
El respeto y estima que una persona tiene de si misma, y merece que
se lo tengan las demás personas no es gratuito, ha de demostrar una conducta
intachable y Amor por el prójimo, como demandan los Grandes Profetas de las
diferentes y grandes religiones, a los cuales pretenden IMITAR esos dirigentes
religiosos, a los que solo les interesa “el cargo y presumir de dignidad social”, y
no se cansan de exigir que las personas les ofrezcan trato de divinidades,
haciendo creer a los demás que son merecedores de tal comportamiento y el
máximo respeto por parte de los demás , aun a sabiendas de que lo que hacen es
una gran hipocresía porque los intereses que los mueven solo son propios y no
por que lo exija la religión a la que dicen pertenecer y representar.
Estos personajes, abusadores de sus cargos, sean religiosos, políticos,
o que tenga una concepción del mundo y de la vida social dominada por su
idealismo, y pretensión de que el resto de los mortales actúen controlados por su
criterio divinizado, entregándoles su vida si su “idealismo” así lo exigiese y, por
desgracia para esos jóvenes, no son pocos a los que por medio de engaños y
falsas promesas divinas arrebatan sus vidas sin ningún pudor, solo para que
arremetan de forma que hagan el mayor daño posible a los que consideran sus
enemigos, por el mero hecho de no compartir su manera de pensar o de creer en
su dios de pacotilla, que solo los representa a ellos y su forma absurda de pensar.
Continuara...
Desde la Plenitud... Chus.
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