miércoles, 28 de mayo de 2014
Cuando se produce el desbordamiento de las fuerzas que ejerce la
voluntad, y esta desaparece, se lleva consigo los criterios, sentidos y significados,
quedando el individuo sin protección ante la dificultad que se le presenta, y a
merced de las leyes, haciendo causa para producir efecto que le haga corregir su
equivocación a la hora de tomar nuevas decisiones que le ayude a tener clara su
convicción en casos semejantes, hasta que pase la comprobación de que ha
superado la acción en equilibrio perfecto.
Si no se consigue cumplir la norma en el orden creativo, para la
progresión de la razón, el individuo no se siente bien ni estable con el mismo,
entran en funcionamiento otras causas que influyen directamente en el estado de
ánimo y que están directamente relacionadas con los modos, la intensidad, tono y
timbre en la acción; la felicidad se pierde y aparece la inquietud y el desasosiego,
el no saber que le pasa a uno mismo, manifestando descontento hasta que se serena y los pensamientos lo encaminan a nuevos criterios y formas de ver la vida,
con comportamientos diferentes, hasta que encuentre la estabilidad.
Deshacer la terquedad a fuerza de ejercitar la voluntad, es hacerse un
Bien a uno mismo, se consigue lograr firmeza de voluntad y constancia en las
acciones, hasta conseguir acercarse al fiel que cada uno posee para seguir con su
desarrollo personal.
OS QUIERO... LUZ.
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