miércoles, 22 de enero de 2014
Se deben de elegir y poner en los cargos a personas que sean políticos
de verdad, esos que poseen, ademas del carisma, el arte y ciencia de gobernar,
que son los verdaderos políticos; y no esos farsantes que solo les motiva el afán
de poder y los puestos de trabajo que les quedan en grandes empresas, con grandes sueldos, ademas de las pensiones vitalicias aunque sus gobiernos hayan
sido un desastre para la ciudadanía y el enriquecimiento de ellos y unos cuantos
mas de su entorno, y todo esto solo por un puñado de años de mal servicio y
hasta robos descarados que pocas veces la justicia condena, pero si lo hace al
final son premiados con indultos injustificados como recompensa a su “buen
hacer” y se incorporan a la vida, tanto pública como privada con el descaro de
“aquí no ha pasado nada”.
En el nombre de DIOS también se cometen muchas tropelías, que no
son más que conveniencias de autoridades religiosas o de fanáticos que quieren
el poder dominar a las masas en tropel, bien por medio del miedo o con
promesas en nombre del INNOMBRABLE, como un lugar preferente en el paraíso
si cumplen con lo que se les ordena; o simplemente sacándose “de la manga”
preceptos innovadores por intereses puramente económicos, o exigir que los
ministros de la iglesia católica sean célibes, cuando sabemos que Pedro solía
viajar con su mujer como el resto de los apóstoles, y sin mirar consecuencias se
sacan el celibato, causa de un gravísimo problema para la iglesia católica,
restando moralidad, responsabilidad y pureza en los actos de abuso tan evidente,
por la cantidad de testimonios existentes, y luego el huir de la justicia, ocultando
los delitos de sus ministros.
Continuara…
Desde la Plenitud… CHUS.
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