viernes, 17 de enero de 2014
En la pereza nos encontramos muchos matices diferentes de
manifestarse, y uno de ellos es la del emprendedor de muchos trabajos
diferentes, pero que no finaliza ninguno; la intensidad con que pone en ejercicio
sus fuerzas excita en ellos antes la sensación de fatiga, llegando a multiplicar el
principio de actividades nuevas para disfrazar la pereza y justificar el cansancio,
mirando el trabajo con aversión.
Otra forma de pereza es la que pasa por alto el deber y la obligación;
este tipo de pereza donde esta obligado a controlar la actitud, prestando
atención a los intereses ya establecidos, y que sin embargo van declinando una
vez tras otra, sin prestar atención de que han de despachar el expediente
establecido de antemano; y que sin embargo prestan atención a trabajos que
ellos mismos se imponen sacrificando a su gusto el interés y el deber. La
inconstancia no exige esfuerzo, consiente en la continua variedad y esto libra al
individuo de prestar atención, da alternativas en el trabajo y ofrece naturales
descansos sujetos a su voluntad y capricho.
Se puede luchar contra la pereza; la voluntad juega un papel
fundamental cuando se sabe que es el umbral que recoge el perfil en grados de
mínimo y máximo, que dan el deseo, las sensaciones y los sentimientos todos
juntos, actuando en perfecto equilibrio y que sabemos que todos poseemos
formando parte de la base estructural con que nacemos. Ya dijimos que se pierde
la voluntad cuando se desborda el saco del gusto, por lo tanto solo hemos de
prestar atención cuando se realice la acción, controlando el deseo, las
sensaciones y los sentimientos, deseando el BIEN en todo momento y
circunstancia.
DESDE LA PLENITUD... CHUS.
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1 comentarios:
Escrito para mi, parece ser, pq. me identifico en muchos aspectos.