viernes, 6 de junio de 2014
Hay que tener mucho cuidado a la forma en que el ego se disfraza para
engañar a los buenos sentimientos que pudiésemos albergar dentro del corazón,
los mayores peligros no se encuentran dentro de las pasiones, estos pronto
quedan al descubierto por su comportamiento grotesco, sino por su poder de
seducción que adoptan con su falsa ternura. No es difícil engañar al vanidoso con
la necesidad de conocer el juicio de los demás y así poder ejecutar la crítica, ni
tampoco reconocer la codicia si no se disfraza de una necesidad imperiosa, o el
orgullo y la soberbia si no son bajo el manto de la dignidad, y no digamos nada de
la pereza oculta tras la bóveda del cansancio por la pasada actividad, así como la
envidia, digna eminencia en destruir reputaciones, pero avispada en mostrarse
protectora del resplandor ocasionado con los supuestos méritos propios; cuidado,
mucho cuidado con las tendencias retorcidas de un sentimentalismo que nada
tiene que ver con el amor hacia uno mismo y mucho menos del prójimo.
Cerciórate antes de tomar una decisión de la limpieza del corazón, de las facultades que acompañan a tal acción y si verdaderamente están respaldadas
por razones del Amor o la hipocresía de la apariencia que lo único que busca es
ocultar las autenticas intenciones.
La imparcialidad como la protección caminan
juntas de la mano, se apoyan una en la otra, y como resultado “tú eres yo, y yo
soy tú”, no importa a quien escoja el destino, por tu Bien no me importa el
sacrificio, si el resultado es favorable a ambos porque tú y yo somos UNO con
TODO lo demás.
“CONÓCETE ATÍ MISMO Y SABRÁS DEL PIE QUE COGEAS”, sabias
palabras.
DESDE LA PLENITUD... CHUS.
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1 comentarios:
Me parece un articulo o una clase formidable para reflexionar sobre uno mismo. La mayoría de las veces encontramos los fallos fuera de uno cuando están dentro de uno. Es una clase para reflexionar todo este verano o mas. Gracias Chus te has explicado muy requetebién.