LUZ Y AMADO: PROVIDENCIA, LA MADRE DE TODOS.

DIOS ha puesto en las manos del hombre los reinos de la Naturaleza para servirle; el uso que el hombre haga de los recursos de La Providencia es de la responsabilidad humana, tanto su reparto como abastecimiento, medios para sostenerse y remedios para auxiliarse. Los ELEMENTALES mueven la naturaleza al servicio de las Leyes de DIOS, con LOS ELEMENTOS, Tierra, Agua, Aire y Fuego previenen los acontecimientos naturales y modelan las estructuras que han de dar cobijo a los reinos naturales para el uso animal y humano, que son los que están dotados de instinto y sentidos, ademas de la Fuerza Motriz para su desplazamiento y hacer los servicios necesarios para poder subsistir.

Nadie puede pedir lo que ya ha sido puesto a su servicio, igual que nadie puede apoderarse de los recursos que pertenecen a todos y que han de conseguirse con el esfuerzo de cada día.

LA DISPOSICION DE DIOS en la prevención de los remedios hacia la NATURALEZA Y EL SERVICIO QUE EJERCE SOBRE TODOS SUS REINOS, SE LLAMA PROVIDENCIA; ésta nos prodiga con generosidad cubriendo todas las necesidades, siendo el origen de la verdadera causa del hecho de que no falte nada a lo creado, protege con su abastecimiento las necesidades haciendo de MADRE PROTECTORA que actúa de buen grado ejerciendo de guardiana del AMOR, haciendo que nada nos falte y ayudando a determinar el logro con su FUERZA.

Si el Cielo da la vida, es obligación del humano saber emplearla BIEN, la ocupación y distribución de las tareas es cosa de todos y si no sientes armonía al unirte a los demás, has de corregirte tu mismo ese sentimiento porque cuando uno se une, todo queda unido y los desprecios, coces, olvidos y rencores quedan en espera, aguardando ser disueltos por el BIEN, transformando ese sentir a fuerza de FE y ESPERANZA porque es la LIBERTAD del LIBRE ALBEDRIO, empujado por la fuerza de quien la posee, haciendo ese puente esperanzador hacia la SABIDURIA que es la culminación de SABER alcanzar a CARIDAD, esa Virtud que enseña a AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PROJIMO COMO ATÍ MISMO.