lunes, 20 de mayo de 2013
Muchas veces no nos damos cuenta de la influencia que originamos en las demás personas que tenemos cerca de nosotros; o de la influencia que ejercemos sobre los individuos cercanos. Todo ello de una forma brutal, sin medida y sin tener en cuenta de que manera tan absurda cambiamos hasta el desarrollo y acontecimientos, que los seres humanos tienen que experimentar, para ir consolidando su madurez mental.
Naturalmente que tenemos “ESA LEY DE DIOS QUE NOS PROTEGE” y que a cada uno le va dando lo que le corresponde; pero también es cierto y no debemos de olvidar, la influencia que ejercemos cuando un haz de luz se superpone con otro, terminan mezclándose, (ya hablaremos de “los conos de la verdad”) y de que forma un individuo deja sus hábitos y costumbres para irse incorporando en otros, que con su influencia, incluso a veces dejan de pertenecer al entorno social que por nacimiento le corresponde.
La personalidad de cada ser queda centrada en la mente, en primer lugar en la de cada uno, y mas tarde en la colectiva, donde quedara reflejada en el espíritu de grupo, que ira creciendo y aumentando como las gotas de agua, hasta formar el océano de nuestra propia existencia. Todo lo que hagamos y todo lo que reflejemos jamas queda perdido, siempre será y es útil, se tendrá en cuenta y formara parte de las experiencias que sirven a todos y que tan de lleno influyen en los iguales que forman los diferentes grupos sociales dentro de los mismos espacios, a pesar de que aunque se ocupen espacios comunes, no se entremezclan entre si, formando grandes diferencias entre unos y otros, depende de lo que cada ser admita como influencia en su propio desarrollo.
Nada tiene que ver el desarrollo cerebral, del que poco dominamos, con la capacidad mental, que tenemos que ir enseñando a encontrar la perfección del FIEL para que forme parte integrante de la TOTALIDAD EN EL UNO.
Continuara...
DESDE LA PLENITUD… CHUS.
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