domingo, 1 de julio de 2012
Para
que los hombres podamos resolver nuestros problemas acercándonos lo máximo posible al grado de perfección que nos de nuestra razón, solamente hay una
formula a seguir y esta es “ser uno mismo en todo momento”, sin dejarnos
ser influenciados por el mundo que nos rodea, hasta el punto de perder
el dominio de nuestro razonamiento.
Si esto sucediera, nos
daríamos cuenta de el porqué la propia naturaleza humana nos ha permitido y
permite que, para variar la razón que ya teníamos asentada en un parecer bajo
nuestro punto de vista lógico, nos
conduce a variar ese concepto primario que antes teníamos de las cosas. Para
conseguirlo se vale de los sentidos y sus facultades y la reacción que estos
pueden llegar a sufrir ante acontecimientos que creíamos que ya teníamos
dominados y que ante situaciones nuevas, con diferentes interrelaciones nos
obliga a variar el punto de vista que ya teníamos fijado en un concepto seguro
y que ya creíamos inamovible.
La progresión de la razón, como
única necesidad de nuestra existencia, pues debemos ampliar nuestros conocimientos,
hasta que estos se desarrollen en el BIEN y nos hagan comprender que todos somos UNO, valiéndose de las leyes de DIOS y del UNIVERSO nos preparan
para recibir todos los acontecimientos necesarios para que esa progresión
suceda y la sobreexcitación visceral ayuda mucho a modificar el concepto de los
sucesos, haciéndonos comprender, que una misma acción es entendida de muy
diferentes formas y maneras según el desarrollo y las vivencias que cada
individuo posea y necesite para seguir avanzando hacia adelante en su propia
razón y progresión de la misma.
Las conductas de los seres
humanos siempre se enmarcan dentro de un umbral que sugiere los topes del
defecto o el exceso, pero que no ha de extrañarnos que en algunas ocasiones
desbordemos dichas situaciones en un sentido o en otro, originándonos
situaciones que en un estado normal, alejados de esa sobreexcitación, serian
impensables en la conducta de la persona.
El autodominio solo se puede
conseguir en la acción, cuando todos los matices de las circunstancias han sido
aprendidas y la razón decide cual es la mas lógica para uno mismo o para uno
con el entorno, teniendo en cuenta lo
Bueno lo Malo o el BIEN; si lo decidido no aleja de la UNIDAD del UNIVERSO, que
no nos extrañe que los mismos acontecimientos se repitan una y mil veces en
nuestra vida en formas diferentes pero
con el mismo sentido hasta que EL BIEN sea la única forma de actuación.
No saber poner freno a esa tendencia desbordante
que nos conduce a obrar sin la suficiente reflexión, es cuestión de
aprendizaje, solo por el hecho de
permitir que los actos se conduzcan por la excitación del momento, nos conduce a un nuevo movimiento de nuestra
propia evolución, pues podemos mover otros acontecimientos que creíamos que
teníamos dominados, demostrándonos que el cambio de matiz en la acción, nos obliga a cambiar de parecer
y la opinión que antes teníamos tan clara, ahora queda modificada y bajo otra
perspectiva, el concepto ha variado y
ya no pensamos de la misma forma o manera que antes del nuevo
suceso.
Se pueden alcanzar errores
muy difíciles de superar, y si se consigue superar esa experiencia, alcanzando
con ella la “luz de la razón perdida”, siempre es a través de un dolor o un
sufrimiento en el sentimiento, e incluso
a veces en el cuerpo.
Se dice EL CETRO porque en
la prolongación del brazo alcanza el poder y autoridad que habilita al hombre
para representarse con la superioridad que le establece el pensamiento dotado
de la razón que le ayuda a alcanzar la alegría que le otorga el gozo de poder
ejecutar su voluntad en las acciones,
sin que haya nada ni nadie que le
diga lo que debe de hacer, porque es un
ser libre y lo único que le va a dar mas perfección en la acción son sus
propias experiencias, calificadas por él mismo.
La expresión EL DOMINIO
se utiliza porque es un termino ambiguo que lo hace adecuado para expresar las diversas ideas de
poder o voluntad de poder, por la liberación y emancipación de la razón en cada
ser humano.
OS QUIERO AMADO.
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