Aveces la persona es capad de percibir los signos de que algo no va bien y, lo mismo que cuando uno se da cuenta de que un negocio va mal por mala gestión, si reflexiona pone los medios y hace los cambios oportunos en su vida para poder cortar ese proceso de ruina y remodela dicha gestión haciendo que todo vuelva a la normalidad.

        El ciudadano de a pie, cuando quiere abrir su ventana social que lo comunica con su entorno, comunidad autónoma y con la nación distingue con toda claridad las señales que los medios de comunicación, (como buenos órganos transmisores especializados en la captación y emisión de estímulos periféricos que afectan a toda la comunidad local o nacional), a través de la noticia lanzan a los ciudadanos para que sean ellos, tras una breve o larga reflexión, los que hagan juicio de los sucesos según su modo de entenderlo. En estos días las noticias lanzadas por los medios traen una inquietud que afecta socialmente al conjunto que formamos todos los españoles ;  se habla sin parar de jueces, justicia y gobierno, de enfermedad entre el colectivo que ha de resolver con acierto el cometido de determinar los hechos unibles de los acusados de cometer delito. El desacuerdo reinante  entre los magistrados, la interpretación de La Ley, la indignación y sentimientos de los ciudadanos que hace tiempo empezaron a dar síntomas de inquietud, descontento y desconfianza hacia el derecho y razón de justicia, la larga espera para resolver casos ante los tribunales, la impunidad con que se mueven los informadores dentro de los juzgados para obstaculizar la débil justicia existente, el olvido o carencia de la justicia conmutativa cuando salen bienes a subasta sin tener encuenta el capital inicial de la deuda y la cantidad ya pagada por el compromiso contraído, etc, así podríamos seguir hasta cansarnos y agotar el tiempo disponible y no seriamos capaces de enumerar todos y cada uno de los  “casos” que a diario pasan por los juzgados sin que la balanza en su fiel no este desplazada inculpando o culpando a veces, dejando no al cuidado de los magistrados la imposición del dictamen o resolución judicial sino a la influencia de otros poderes que a veces no tienen una clara procedencia pero que por ir vestidos de chaqué o de frac se creen poseedores del, único poder y pululan entre la sociedad con el careto de la  respetabilidad y no es difícil encontrar a estos personajillos que mueven los hilos de las marionetas que les resuelven, para su cosecha, el derecho de justicia de los ciudadanos y así vemos como crecen las propiedades de los subasteros, el capital de los capos, el derecho, capital y propiedades de los bancos; como hay enfermos mentales en las calles haciendo la vida imposible a familiares y convecinos sin que nadie pueda ayudar a resolver las denuncias con coherencia; como médicos por no involucrarse o comprometerse ,pasan olímpicamente del Código Etico de cumplir con su deber y tapan o esconden los fallos por descuido o negligencia de compañeros. Como los abogados con su nuevo estilo de trabajo, a veces se olvidan de derecho y deber y pasan facturas sin haber iniciado su trabajo favorecidos por la larga espera resolutoria de los tribunales y cuando acude el ciudadano a una entrevista para “ver” como se resuelven los procesos se encuentra con que se han ido de vacaciones o de fin de semana, que no reciben los jueves o que no han tenido tiempo de supervisar o leerse la historia del caso, y si te descuidas un poco te puedes encontrar con que el caso ha prescrito y ya no tienes nada que hacer, y como protestes encima puedes perder hasta la camisa que llevas puesta porque todo lo demás ya lo has perdido.

       El libro de reclamaciones, por llamarlo de alguna manera, a veces brilla por su ausencia y el ciudadano piensa que de nada sirve acudir a denunciar y mucho menos a los colegios de los colectivos correspondientes al gremio que sea porque, el encubrimiento a “compañeros”parece ser el único código que reina en los colegios, y así poquito a poco según los medios de comunicación que denuncian con precisión las vicisitudes que día a día viven los españoles captando el descontento ciudadano, y lo dicen sin recato, esperando que trabajos tan comprometidos como son el seguimiento de los personajes de chaqué y de frac que cometen supuestos delitos no queden impunes ante la ciudadanía porque a veces ante la  justicia  pasan sin pena ni gloria.

         Operando él cambio debido entre todos, queriendo, sabiendo,manifestando y sobretodo deseando hacer limpieza de los corazónes corruptos, haremos los cambios debidos y oportunos para restituir los poderes con ética, como mandan los cánones, y cada español desde su dignidad, virtud y necesidad empiece por él mismo  y comparta en  JUSTICIA FIEL el DEBER y la OBLIGACIÓN, en todos y cada uno de los casos para que la igualdad ante la responsabilidad se mida en su justa proporción.

      Desde la plenitud de mi AMOR,    CHUS.