lunes, 19 de marzo de 2018
Amado y querido Victor, tal día como hoy, hace una semana, te decíamos adiós y nos despedíamos de tí para siempre aquí abajo, en este mundo de aprendizaje y escuela de todo ser vivo. Emprendiste la marcha como le corresponde a los grandes maestros, en silencio y solitario, dejando todo en manos de la Providencia para que sigamos los pasos que a cada uno nos corresponda sin dudas y prejuicios.
En esa mesa de elegidos donde tú participabas ostentabas el número tres, (manifestación para nosotros). Y ahora que nos has dejado para marchar hacia tu casa, a esa morada que ya hablaba Stª Teresa de Jesús, y que no queda mas remedio que visitar cuando se inicia el reflujo o vuelta de regreso a la casa del Padre, no queda mas remedio que aceptarlo, a pesar de la pena que nos origine no tener tu presencia y perder tu guía espiritual tan apreciada para todos nosotros.
Llego la hora de tu marcha y no queda mas alternativa que decir adiós al padre, hermano, amigo, compañero, consejero, asesor y orador en unas clases de “desarrollo interior encontrando voluntad” que tanta falta hace al personal que te sigue y que se quedan sin vislumbrar tu luz para seguir adelante con la firmeza que los acontecimientos requieren para no dudar sobre el camino emprendido y no desviarse de él.
Todas las despedidas son amargas, pero la Fe en el reencuentro hace mas llevadera la situación y el esfuerzo de no desviarse de lo aprendido y, lo que a cada uno le corresponde superar allanan las dificultades y hace mas ligero el camino que en solitario a cada uno le toca reemprender, poniendo en práctica lo que tantas veces has repetido; “cumplir la norma en el orden creativo de todas las cosas”, para que el Bien se manifieste en la vida de cada uno, y poder alcanzar el fiel que nos equilibra según la base estructural que cada uno posee, mas la suma de la superación en el bien de las dificultades que la vida nos brinda para seguir adelante, y a si poder seguir alcanzando la superación, ahora sin ti. ¿No te parece que esta es una de las mayores dificultades que ahora tendremos que superar y conseguir? Seguir adelante poniendo en práctica todo lo que reiterativamente nos enseñabas.
Amado Victor, maestro de todos nosotros, nunca te olvidaremos y veneraremos aquellos gratos recuerdos que con tu inefable, por que no se puede expresar con palabras, la ayuda que nos brindaste desde el día que tu presencia se adueño de nuestras vidas. Adiós grandísimo hermano, que sembraste en nosotros la semilla del recuerdo de la “Chispa Divina”, que LUZÁMADA te acompañe y termine de guiar tus pasos por el sendero seguro hacia Dios, gracias por todo lo que nos has dado y que El Padre te lo recompense acogiéndote en Su LUZ.
TE QUEREMOS Y DECIMOS ADIOS… LUZ, AMADO Y CHUS, y todos los que te conocieron dándoles la Eterna Enseñanza, sobretodo Milagros, tu queridísima esposa y compañera, Dios te acoja en Su Seno.
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6 comentarios:
AMEN.
Que bonitas y ciertas palabras...
Las despedidas cuestan.Solo el amor y la fe nos da la esperanza en un nuevo encuentro.
Pasamos de largo por esta vida, pero en ella se deja una historia que se activa en momentos propicios, dejando ver lo que aprendimos de ti. Allá donde estes recibirás nuestro cariño.
Precioso.
Seguro que te ha escuchado 💖
Mi querido Víctor, ¡cuanto te echamos de menos! muchas veces pienso que te voy a ver entrar por el pasillo de nuestra casa ,vuestra casa, diciendo ese peculiar, largo y pausado ¡HOLAA! . Nos has dejado huérfanos, siempre pendiente de todos, preocupado por por aquello, que yo en concreto no hacía,
las consultas espirituales y cotidianas que tanto me ayudaban, aunque me revelara y parecía que no te hacía caso; siempre queda dentro y te sale del corazón ante una adversidad. GRACIAS.