miércoles, 28 de marzo de 2018
Los contrastes de lo mucho y lo poco continuamente se reflejan en las vidas, hay quien muestra su opulencia por alfombras rojas, donde el desfile de lo mucho queda demostrado en todas sus dimensiones, y lo poco por esas huidas, con pies descalzos, que en los informativos tocan las imágenes de los que se quieren alejar de los poderes bélicos, de las hambrunas y los genocidios; ese desfile de diferentes edades, del anciano al bebé, que llevan la boca seca y no les quedan fuerzas para la protesta porque ya lo han dado todo, con sus ojos abiertos a una única esperanza, sobrevivir de la forma y manera que sea; a lo que los poderosos les quieran dar, dejando atrás derechos, comodidad y sentimientos por los ausentes, que ya vencidos, se dejaron caer en el angustioso deambular con el ultimo suspiro.
La invitación reclamada imperativamente, desde la esperanza inherente a la vida misma, de “NO TE RINDAS”, no es un cántico a la vida, es el grito del deber al espíritu de grupo que formamos con la humanidad y la Naturaleza; el hombre no puede limitarse solo a conocer las causas, también ha de participar de ellas y estudiar los efectos subyacentes a esa alteración de “lo natural” generado por series causales de los que se creen dueños del mundo y sus habitantes, que toman decisiones que afectan a todos, y que permitimos a través del consentimiento al mirar hacia otro lado.
Continuara...
Desde la Plenitud... Chus.
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