lunes, 25 de abril de 2016




         Siempre hablamos de la libertad como si nos la tuvieran que dar o conceder los demás sin darnos cuenta que somos nosotros los que decidimos sobre ella, para hablar de libertad hay que empezar por aprender a renunciar; cada cosa que quieres poseer es una atadura que te obliga a detenerte y prestarle atención, también las ideas y los ideales te atan y te hacen esclavos suyos, hasta el punto, muchas veces, de exigir incluso la vida.




OS QUIERO... AMADO. 



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