lunes, 30 de noviembre de 2015
El “libre albedrío” es la Potencia, que multiplica la fuerza de Fe, dando
capacidad, fuerza y poder tantas veces poderosa como la multiplicación de la “
Intensidad, Tono y Timbre” lo permitan (ver intensidad, tono y timbre en 28 del 1
de 2013, tomo 2), aumentando la posibilidad de hacer y realizar, dentro del Bien y
en servicio de lo creado, todo lo que se había deseado, y que dota al
espíritu<paquete mental> del vigor necesario para alcanzar la determinación del
logro.
Para seguir entendiendo el libre albedrío hay que hablar de la Triada
Divina, representada por el triángulo equilátero que en su interior alberga el “Ojo
de Dios” y en su vértice superior una llama o energía Azul, FE <fuerza interna por
la que actúa el ser que la posee> que se une con el vértice de su izquierda, llama
o energía Dorada (saber, conocer, asimilar y manifestar los conocimientos del
Creador y Su Norma), con su virtud Esperanza que potencia el libre albedrío junto
con la virtud Fe, y a su vez esta unido al vértice de la derecha, llama o energía
Rosa (comprender, conocer, disculpar y no poseer resentimiento, el Bien y unión
con Dios y Su Creación), con su virtud Caridad que junto a Fe y Esperanza ayuda a
potenciar el libre albedrío cerrando su propia fuerza con el vértice de Fe, dotando
con el cierre del triángulo que da nombre a la Triada Divina de las facultades
“Voluntad, Entendimiento y Amor”, todo unido por la gracia de las potencias,
fuerzas de libre albedrío, y que ponen en marcha FE, ESPERANZA Y CARIDAD
unidas, por lo que cuando se manifiestan no se puede fallar.
OS QUIERO... AMADO.
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