viernes, 10 de octubre de 2014
El origen innato de la agresión de los hombres, como ya no les cabe
manifestarla por y para sobrevivir, no es de extrañar que la transformen en esas
ideologías que ayudan a racionalizar el desasosiego que sienten, y este unido a la
impotencia y la confusión, lo cambian por ira y esta la canalizan a través de
justificantes para conformar su comportamiento, y proceden transformando en
destructivo su raciocinio hacia la raza humana, y quieren encabezar el liderazgo
con el seguimiento por parte de los demás de su forma de sentir y pensar,
buscando la disculpa de la religión, o la situación política, o el estado de la sociedad para arremeter en su contra.
Como consecuencia de estos comportamientos, estos hombres violentos y agresivos disfrutan prolongando la agonía de sus víctimas, que tienen como
respuesta la indefensión, bien porque la sociedad lo ignora por ser hechos aislados
dentro del circulo social que forman, o porque si son situaciones ideológicas
plantan cara con sus adeptos al resto de los países o gobiernos, siendo en estas
situaciones donde quieren sorprender al mundo con sus modos ingeniosos de
inventar torturas que causen el máximo dolor y la irritabilidad de los espectadores,
y así pretenden llamar la atención y dar a conocer sus exigencias, aun a sabiendas
de que el resto de países pueden hacerles frente, pero no les importa, el placer de
hacer sufrir conforma su instinto de dominio y demuestra que la crueldad de
algunos hombres es una siniestra realidad.
CONTINUARA...
DESDE LA PLENITUD... CHUS.
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