lunes, 11 de agosto de 2014


     Ser dirigentes de los pueblos ponen en un aprieto moral la integridad espiritual de quien los dirige; ya lo dijo Jesús a sus discípulos “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y los grandes los oprimen”, se refería al pueblo.



  Algunos gobiernos despóticos subyugan al pueblo para ejercer sobre ellos el poder en su máxima expresión, tanto espiritual como político, solo con el propósito de dominar y someter, y sobretodo acepten sumisamente su autoridad, con una imposición que no carece de medios para adaptar el carácter y criterio de los subyugados a su conveniencia, sin que muestren otra necesidad que no sea complacerlos.


  

Continuara...

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