viernes, 1 de noviembre de 2013
Todo el estado social, en ese sentido de libertad, el ser humano lo
tolera porque en definitiva ha contribuido y aceptado que así se desarrolle, toda
vez que en cierta manera se contribuye al establecimiento de sus leyes y la
imputación de quien no las cumple.
Sin embargo esa facultad por la que el ser humano decide su modo de
actuar, sin determinaciones exteriores es la que el hombre mas anhela; el estar
sometido a la voluntad de otro, es lo que menos tolera y menos conforma por
sentirse sometido y prohibido a expresar las propias ideas, y sobretodo necesitar
la aprobación exterior para atreverse a poder hacer o realizar algo. LA LIBERTAD
ES EL CONOCIMIENTO QUE EL ESPIRITU HUMANO TIENE DE SU PROPIA
EXISTENCIA Y ACTIVIDAD, lo que le confiere al ser humano el sentido de libertad
autentica y verdadera, otorgando conciencia de lo que se es y para que se esta
aquí y por que se actúa así, a su manera, con la intensidad, tono y timbre que
cada acción requiere.
La necesidad de libertad la mueve y motiva “el libre albedrío”, y este se
pone en funcionamiento cuando se manifiesta la fuerza interna por la que actúa
el ser que la posee, que a su vez abre la puerta al saber, conocer, asimilar y
manifestar; todo aquello que obliga a “la progresión de la razón” y la necesidad
de adquirir experiencia y conocimientos por uno mismo, motivando la conciencia
y la voluntad para poder hacer hacia el BIEN Y LA UNIDAD CON LA TOTALIDAD
DEL TODO.
Por eso se dice en el “libre albedrío” que la libertad no existe en el ser
humano, puesto que ésta va sujeta a la responsabilidad que da la conciencia
con el conocimiento de lo que somos y de lo que se ha de formar parte
integrante.
OS QUIERO... AMADO.
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