jueves, 12 de diciembre de 2013
En este sentido, la capacidad de demorar los impulsos, constituye una
facultad fundamental al servicio de la voluntad, la cual no solo evita su
desbordamiento perdiéndose en la nada, sino que la va enseñando a saber
permanecer al servicio de la mente, aportando cualidades de actividad amplia
para encontrar los suficientes recursos que los sentidos aportaron con
significados claros de resolución, ademas de ir fortaleciendo la propia voluntad y
ampliarla en resolución, fuerza y poder al servicio de la base estructural y la
progresión de la razón, por la fuerza interna con la que obra el ser que la posee,
es decir FÉ, que también se le ayuda a crecer dentro de uno mismo cuando el
ánimo es mantenido en equilibrio por las fuerzas que nos componen, y no lo
rompemos con emociones descontroladas e impulsos irreflexivos que dan la
espalda a la razón.
Es muy importante aprender a relajar el cuerpo y el espíritu, o paquete
mental; para ello debemos de controlar en primer lugar la respiración, llenando
los pulmones con la capacidad máxima de aire, hasta llenarlos si es posible, y
tenemos esa habilidad, que también se puede aprender con ensayos continuados;
prestando la máxima atención y ser conscientes de ir llenando los pulmones,
cada vez mas y mas profundamente hasta conseguirlo del todo.
Continuara...
Desde la Plenitud... Chus.
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