miércoles, 11 de diciembre de 2013
Aprender a reprimir o contener las fuerzas que controlan las
emociones, ayudan a educar los impulsos, imprimiendo en el deseo la espera,
con un control sobre las fuerzas y la tensión que originan.
Este autocontrol, si se enseña a manifestarse desde la infancia, ayuda a
marcar el carácter del niño y evita acciones sin reflexión a las consecuencias que
pueda originar el actuar sin refrenar las emociones que pueden conducir a
impulsos inadecuados.
La aptitud hay que saber controlarla para dirigirla adecuadamente en
las acciones que se han de emprender, y cuando las tensiones emocionales
aparecen por sentimientos desbordados emocionalmente, hay que saber ayudar
equilibrando esas fuerzas para evitar el desbordamiento de la voluntad, y para
ello es fundamental el ritmo de la respiración; son los pulmones los aliados del
cerebro al que ayudaran con su oxigeno, para que las fuerzas en tensión no
paralicen su buen funcionamiento neuronal, y las comunicaciones entre ellas, las
neuronas, sean lo mas fluidas posible y así, de esta manera, no se le cierre la
puerta a la entrada mental, y esta, la mente, pueda mostrar su recurso ante la
nueva situación presentada, manifestando un amplio abanico de habilidades
emocionales y sociales que pueda resolver la nueva situación actual, sin trabas
para el buen desarrollo de la razón.
Continuara...
Desde la Plenitud... Chus.
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1 comentarios:
ESTABAMOS ESPERANDO UNA RELAJACION, HACE MUCHA FALTA. GRACIAS.