jueves, 16 de julio de 2015




        Sin embargo la atención que demanda el cuerpo ante las alteraciones diarias, son mucho mas económicas y de muchísimo mejor resultado, basta con hacer un alto en el camino, relajar el cuerpo de tensión, tomar una respiración profunda, luego otra, luego otra... así sucesivamente, hasta sentir el cuerpo recuperado del decaimiento de las fuerzas y pletórico de iniciativa para seguir adelante en el largo caminar de la vida.



            Nunca se debe de perder la alegría de vivir, porque si esto ocurriera seria un síndrome de que una anomalía esta invadiendo el organismo, y la tristeza se instala en su interior ocupando un lugar profundo que no le corresponde, dando paso a la inhibición de las funciones psíquicas, y a veces va acompañada de trastorno neurovegetativo que afecta profundamente a la vida de quien la padezca.




Continuara... 

Desde la Plenitud... Chus. 



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