sábado, 22 de noviembre de 2014

     

         Para evitar “los desbordamientos”, o lo que es lo mismo, sobrepasar los topes que marca la voluntad y que estos desaparezcan, dejando al ente privado de la protección en la acción, y a merced de la causa de la interacción, hasta que su deseo se manifieste hacia el bien y no ser manipulado por el saco del gusto.




               Dentro de sus dos acepciones, positiva o negativa, da libertad para pedir o requerir, por eso va tan estrechamente ligada con “el libre albedrío” y exige conformidad y aceptación, con un resultado en “conveniencia”, es decir, por la conformidad entre el deseo de voluntad y el libre albedrío por la utilidad al servicio de la “progresión de la razón”.




Continuará 

Desde la Plenitud... CHUS. 




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