jueves, 23 de enero de 2014
Sentirse cerca de Dios es tener una continua comunicación con ÉL,
observando los actos realizados para que no nos aparte del Bien, actuar con
justicia y Amor ofreciendo el fruto de nuestro reconocimiento a SU existencia y
no olvidar nunca que somos templos vivientes Suyos para que no lo profanemos
con maldades que ensucian el corazón; no olvidemos que somos esa Esencia que
hemos de convertir en Sustancia cuando manifestemos EL CRISTO INTERNO, para
hacernos Creadores a Su Imagen y Semejanza.
Todas las emociones nos impulsan a una actuación, a un resolver;
hacerlo con moralidad nos conduce a ampliar la emoción con el sentimiento de
unidad facilitando la progresión de la razón y aumentando ese sentimiento a la
complacencia con el espíritu y la materia, ofreciendo el gozo interior como
recompensa a lo justo, lo equilibrado, en definitiva la armonía, melodía del
Universo que conduce a sentir la paz en el sonido de sus esferas.
No olvidemos
que somos puntos de luz y que explosionamos continuamente extendiéndonos y
enlazándonos con otros puntos donde la reacción es inmediata y provoca otra
acción de extensión continua y constante y ambas responden a una causa común de atracción llamada amor, que las obliga a acercarse y con cohesiones continuas.
DESDE LA PLENITUD... CHUS.
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