LUZ Y AMADO: HASTA SIEMPRE.

El placer de dar felicidad era el lema que encerraba en su corazón nuestro amigo Victor, el se marcho dejando una fuente inagotable que sacia la sed de quienes quieren beber en ella, y cuanto mas beben mas se expande calmando esa necesidad inagotable de querer saber cada vez mas.

Para el no existía el mal, todo lo traducía en la actitud que se pusiera en los acontecimientos que salpicaban la vida de cada individuo, “¡¡¡bueeenoooo!!!”, solía decir cuando algo no encajaba con la forma de pensar que buscaba la felicidad depositada en los demás, te escuchaba y cuando terminabas el discurso de tu problema solía contestar un “si pero no” y acto seguido te daba su discurso basado en el aprendizaje y la riqueza que suponían las interacciones en la vida cotidiana llenándolas de tesoros que enriquecieran el espíritu y sobretodo para aprender a acoplar la actitud en la felicidad de caso resuelto sin problemas, solo poniendo el corazón y la comprensión, el buen humor y el canturreo de una cualquier cancioncílla que llenaba los silencios mientras se desarrollaba la siguiente consulta en nueva cuestión.

Su felicidad se desarrollaba por las mañanas tras la búsqueda del bien, el fiel como el le llamaba y campeaba entre lo bueno y lo menos bueno acercándose lo mas posible a su fiel para no perder la armonía de lo que se traía entre manos. Cerca del año de su marcha procuramos seguir su enseñanza de Desarrollo interior encontrando voluntad y aprendiendo a cambiar los humores dominantes hacia lo desagradable y abrir el rayo de luz esperanzador que invita a que se manifieste el arco iris en el día nublado encontrando la alegría contagiosa de verlo todo a través de la mirada limpia y sin rencor.