viernes, 1 de diciembre de 2017
Las naciones, a igual que las personas, tienen su propio relato histórico
de la vida y dentro de ellas tienen momentos donde deciden todo su destino, y es
en esos momentos decisivos donde las actitudes con que respondan a tales retos
pueden hacerlas retroceder a fases que se suponían ya superadas, porque la
historia habla de ellas, pero que la realidad demuestra que nada mas lejos de la
existencia real y objetiva ya que los hechos se vuelven a presentar dando la
oportunidad de poder rectificar los errores cometidos ante la misma situación, o
saltar decididas hacia un nuevo futuro donde la actitud ha de ser confiada porque
no puede predecir con exactitud el resultado que se ha de obtener con el cambio.
Estos momentos difíciles que marcan a las naciones con una
señalización que merece el nombre de históricos producen en los ciudadanos una
profunda angustia y una desazonadora ansiedad que terminan con una
desesperanza colectiva, y un miedo profundo que incita a una gran parte de la
ciudadanía a huir hacia lo desconocido en una aventura sin precedentes en su
vida, y en cambio a otros a un trivial comportamiento, pero también puede llevar a
unos pocos hasta los limites de sus mejores posibilidades y adentrarla en una
“tierra interior” virgen e inexplorada, cargada de espiritualidad donde su
progresión de la razón evolucione deprisa, en un adelanto continuado de
comprensión hacia los momentos difíciles y violentos en que se ve sumergido por
las circunstancias y actitudes de la mayoría.
CONTINUARA...
OS QUIERO...CHUS.
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