viernes, 15 de septiembre de 2017
Dolor, sufrimiento, castigo... padecimiento intenso, tanto físico como psíquico, que a pesar de los tiempos transcurridos todavía hoy se aplica al ser humano, por intereses políticos, ideológicos, religiosos o económicos, con procedimientos tan sofisticados que escandalizarían a los mas duros de la edad media.
En el día de hoy, a pesar de vivir en democracia, el hombre busca formulas nuevas y poderosas que “obligue” a los demás hombres a ser sometidos; se intenta que haga alguna confesión, verdadera o falsa, o proporcione información sobre lo que “se supone” conoce.
Que triste es saber que la democracia no alivia al ser humano de practicas que escandalizan a la mayoría; los países que viven y luchan por la democracia también tienen reservado un lugar que, todavía hoy, esta dedicado a ejercer tortura física y psíquica. Ese pozo que ningún país es capaz de hacer desaparecer, por mucho que dañe a quien tiene la desgracia de caer en el, y que no importa inocencia o culpabilidad, si tienes la desgracia de ser objetivo de los intereses de quien la usa para beneficio propio o de algún país que pague bien sus servicios, o simplemente para que ejerza de chivo expiatorio de alguna barbaridad que se les ocurra para completar sus propósitos.
Tampoco se puede pasar de largo, o mirar hacia otro lado, cuando a los convecinos de a pié les llega la noticia de las barbaridades que los mas sádicos de los ejércitos son capaces de hacer con las personas que al no querer ser subyugadas se han defendido, oponiéndose al sometimiento del que estaba siendo objeto, dentro de los parámetros de lo que creían era su país y obligación.
La violencia engendra más violencia y existe quien hace de ello su medio de vida, sin meditar todo lo que destruye en su entorno y el daño que ocasiona a terceras personas que nada tienen que ver con esos intereses que solo despiertan la codicia o formas sádicas de divertirse tras las campañas bélicas, donde a los prisioneros se les hace objeto de vejaciones de todo tipo para acrecentar su poder de ganador.
Vivir en paz es el objetivo de todo bien nacido, ejercer daño y violencia va en contra del Bien común, y saber compartir nos hace grandes y generosos ante DIOS y los hombres.
OS QUIERO... LUZ.
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