jueves, 12 de enero de 2017
Las apariencias a veces engañan.
El ojo, como fiel servidor del avivado sentido de la vista, es muy difícil
escapar a su mirada, a veces escudriñadora detective singular, en busca de la
realidad para dar testimonio veraz de lo que ve.
No siempre lo que ve el ojo es
auténtico, porque su punto de mira puede estar desenfocado dando una imagen
virtual que nada tiene que ver con la realidad, ya que la presión que ejercen
los sentimientos hacen perder la objetividad de una mirada limpia de prejuicios
y sin condicionantes que distorsionen la imagen que capta el ojo humano.
OS QUIERO… AMADO.
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