viernes, 3 de julio de 2015




           Esa valentía nace de la experiencia espiritual que los sentimientos despiertan al vivir la mística liberadora como el hilo conductor que los aparca en la misma puerta de la casa DEL PADRE, por lo que se sienten liberados de carga humana y por lo tanto de los condicionantes que la propia materia despierta, y hacen uso de su libertad pudiendo ofrecer su materia corporal a la causa que los aflige, y con ello inician su reflujo o regreso a su MORADA, donde les aguarda la vida eterna como principio de la evolución de su espíritu, en su continua progresión de la razón.






OS QUIERO... AMADO. 




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