martes, 16 de diciembre de 2014



         El egoísmo y la voracidad del ser humano como especie, desanima a algunos de los que tienen inclinación a realizar actos humanitarios en favor de personas necesitadas, o de la humanidad en general, pensando que por mucho que se esfuercen o hagan por aliviar las miserias del mundo nunca se ven recompensados con el alivio de quien las padece, por lo que piensan que los esfuerzos son inútiles.



          Los primeros años del niño son fundamentales para enseñarles que la violencia no conduce a nada bueno, ni en la competencia deportiva ni en el entorno donde ha de comenzar sus primeras experiencias, que serán el caldo de cultivo donde se han de nutrir los aspectos crueles del entorno, si no se tiene cuidado de limpiarlos si están verdaderamente cerca, y son irremediablemente ineludibles por falta de medios materiales o familiares para eludirlos. 




Continuara...

Os quiero... Amado.


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