miércoles, 7 de noviembre de 2018
Lo bueno y lo malo se encuentran unidos pero sus direcciones son opuestas. Lo importante es encontrar el punto donde se apoyan para equilibrar sus fuerzas; a este punto ambivalente de donde surgen las dos fuerzas con sentidos contrarios se le conoce con el nombre de FIEL.
Este punto también influye sobre el estado de ánimo que queda condicionado por la intensa graduación de la escala y su recorrido positivo o negativo (+, - ), dependiendo de la dirección escogida y junto a la convivencia de los sentimientos y emociones. En este punto límite de extensión en las dos direcciones opuestas de lo bueno y lo malo, según a donde se quiera o desee dirigirse para emprender el camino y ocupar el grado en la escala que a cada individuo le corresponda por el desarrollo de su evolución, si es que se escoge, entre una dirección o la opuesta.
De esta condición ambivalente con sentido equilibrado nace la formación de una nueva fuerza con una dirección ascendente conocida con el nombre de BIEN, que asume el equilibrio entre las dos fuerzas opuestas entre si, pero sostenidas por el punto cero de la iniciación de la escala en ambas direcciones, me refiero al FIEL que las sostiene y que cumple con la Norma en el Orden Creativo de todas las cosas, conocida también como evolución o movimiento en el espacio.
El Bien es el efecto de la primera causa incondicional la cual, en su resultado, da paso a la formación de la primera causa universal que es el BIEN SOBERANO, la primera verdad que tiene y ejerce la autoridad SUPREMA porque se rige ajustado a las Leyes, por lo que se hace verdadero, y obliga dirigiendo y gobernando la forma de comportarse, guiando según la NORMA en el orden creativo establecida por las Leyes de Dios.
Por eso el Bien va en relación con la primera verdad, unida antológicamente con la Conformidad y con la Inteligencia Divina que coincide absolutamente con ella, y cuyo objetivo en querer y desear el Bien por lo que es materia del conocimiento y la sensibilidad, ayudando a manifestar la voluntad que cada uno posea, respetando la escala de su umbral, según el perfil de la evolución de su base estructural, sin desbordar sus limites de bueno o malo para no perder su punto fiel y no se desborde la voluntad y no se pierda porque si esto sucede la voluntad se derrama y no se manifiesta.
El BIEN no solo es el objeto de la voluntad, también es el objeto de la Inteligencia Soberana, por eso es Termino y FIN, sin olvidar que todo Fin no es hasta alcanzar SER UN BIEN.
OS QUIERE…. CHUS.
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