miércoles, 12 de septiembre de 2018
Al observar la Naturaleza siempre nos da ejemplo de vida y esperanza; nos muestra que hasta en los lugares mas remotos y baldíos la vida se abre camino mostrando su fuerza y resplandor.
Si observamos el comportamiento del ser humano nos damos cuenta de como algunas personas sensibles y sentimentales van transformando su carácter compasivo hasta el punto de endurecerlo como si fuera una roca, que cuando se rozan sus aristas dañan y hacen sangrar si se mueve en el sentir de su entorno. Los corazones que sufren carencias de actos de Amor y sensibilidad, empobrecen la manifestación de sus sensibles propios, perdiendo la comunicación que regenera y vivifica a los seres humanos, convirtiéndolos en naturaleza yerta por su forma y modo de mostrarse y actuar, pero... siempre queda esa esperanza que da el fragmento que guarda los nutrientes regeneradores para que pueda crecer y fructificar de nuevo si se consigue reunir las condiciones apropiadas, como sucede en la propia Naturaleza, donde una caricia del rayo de Sol, junto a la gota de agua que le cayó, origina el milagro de abrirse de nuevo el camino de la vida; una sonrisa desinteresada, una mirada de dulzura con una palabra de aliento puede ser el ingrediente que convierta el resurgir de los sentimientos en realidades presentes de nuevo en las vidas de los que la perdieron.
OS QUIERO... AMADO.
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