miércoles, 16 de mayo de 2018
Si son los sentidos los que aportan el significado de las palabras, según el momento elegido por la ley, y su demanda, así se guardará en la mochila dando la referencia adecuada según la utilización que se le destine en un futuro, condicionando su aplicación según los sentimientos que la pasión despierte en cada utilización de las mismas. También en las palabras puede influir la experiencia tanto propia como ajena, proporcionando una razón de conocimiento que puede utilizarse según el momento adecuado para dar su significado.
Hay palabras con densidad ligera que no proporcionan peso porque las eleva la vibración del amor que originan en su contesto desprendido por los sentimientos equilibrados lo mas cerca del bien posible, reconfortando con su utilización de bien común que facilita la convivencia entre los demás dando serenidad y confort ante su utilización.
Las palabras son tan importantes en su utilización que vivifican a la persona uniéndola a los eslabones de amor que enlazan fraternalmente unos sentimientos con otros de igual o parecida naturaleza, sumando sus fuerzas, para ir descargando de la mochila todas aquellas palabras que hacen, por su contenido equivocado o dañino, un caminar lento, pesado o encorvado, por el peso de carga negativa que encierran y por lo tanto llevan en su interior. Todo esto afecta al espíritu, que arrastra el lastre que dejaron las palabras cuando se aprendieron y emplearon en comportamientos vividos, donde el perdón de la misericordia no estuvo presente, dejando como aportación fases del rencor y sus matices, adjunto a su cadena de familia que se le unieron, doblando su caminar por falta de fuerza, y que pasa de erguido a doblado por el sobrepeso que origina el no saber desprenderse del sobrante, que lo aleja del equilibrio del fiel que da la seguridad del paso ligero y constante.
Continuara...
Os quiere... Chus.
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