jueves, 11 de mayo de 2017
El Bien Supremo, con el que los hombres sueñan por alcanzar, se
compone de todas las tonalidades con sus matices en habilidades, que
desembocan en un conjunto de características que van formando el “modo”de ser
de cada uno de los que quieren y desean formar parte de Dios como su “CHISPA”,
que de EL salió y a El quiere regresar formando parte de la integridad que
compone la Unidad de toda Su totalidad con toda la creación, que no es mas que
la expansión de Si Mismo.
El hombre no inventa nada por él, que no forme parte de la creación; se
dedica a copiar de los diferentes reinos de la naturaleza sus perfecciones, que Dios
les dio como talentos, que han de poner en practica cada uno de los diferentes
reinos para desarrollar su estancia en la tierra dándose servicio unos a otros.
Dejarse llevar por las leyes de la vida es encontrar siempre el camino,
seguir su ritmo sin perder el equilibrio es dejarse pasar al otro lado del mundo, en
lo invisible, que te arropa con su presencia haciéndote sentir partícipe de todo tu
entorno con la seguridad de que eso es lo verdadero y no el espectro que nos
presenta la visión de los ojos, este es el significado de lo que vulgarmente se dice
“dejarse llevar por el corazón”, que te presenta un sinfín de posibilidades que
pasan desapercibidas para los demás ojos que solo saben ver la imagen virtual
que aleja de la verdadera razón y única posibilidad de acercarse al Bien y poder
prestar los servicios que el Amor exige para formar parte del Todo.
OS QUIERO... CHUS.
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