viernes, 9 de diciembre de 2016
Llegaron a ser viejos los zapatos que por su comodidad y confort fueron
elegidos con preferencia. Les llego el momento de poner fin a su servicio, ante la
ultima mirada de su dueño que se animo a entonar con nostalgia los recuerdos
que los emparejan con los momentos vividos.
Siempre dispuestos ante la dificultad del camino, fieles servidores, lo
muestran sus suelas desgastadas con un par de agujeros, y sus arrugas
conocedoras del frío, el calor y los aguaceros; pero en su sabiduría de zapatos
viejos no cabe más amor que el de haber sido unos fieles compañeros, dispuestos
siempre al servicio de su amo, y el agradecimiento de haber sido elegidos por el
mérito de ser muy buenos zapatos ante las dificultades.
Quizá, en un mudo lenguaje, quieran dar un testimonio de vida pues
solo se llega a ser feliz cuando se es fiel servidor, dispuesto a ofrecer lo mejor de
uno expresado en un hacer del que brota el Bien que da tranquilidad al espíritu,
sobretodo cuando contempla con humildad el fruto de su trabajo.
Claro ejemplo nos dan de un comportamiento sin reproches al servicio
prestado sin recibir nada a cambio, solo la felicidad de la unión intima que sienten
el uno por el otro en todos los momentos que actuaron juntos.
OS QUIERO...AMADO.
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