lunes, 17 de diciembre de 2012


El pueblo guarda silencio mientras pasean por la plaza cabizbajos y meditabundos, hasta que son interrumpidos por la voz de uno de ellos:

-¿Por qué no preguntar al astrólogo, que mire en las estrellas por si el cielo quiere ayudar?.

Otro ciudadano astuto responde:

-¡No! ¡Al astrólogo no! Las ultimas veces que el Rey le consultó no fue muy acertado y ahora todos sufrimos las consecuencias, sigamos pensando…

Los habitantes del pueblo no encuentran a la persona que les pueda ayudar y tristes repiten en voz baja, como para ellos mismos.

-¡Por si el cielo nos quiere ayudar!…

Y poco a poco van dejando la plaza vacía hasta que no queda nadie, solo se van repitiendo las ultimas palabras del ciudadano.

-¡Por si el cielo nos quiere ayudar!…

Mientras las gentes se encierran de nuevo en sus casas, esperando nuevos acontecimientos, que les ayude a salir de la situación miserable en que se encuentran, el Rey, en su palacio, está cansado de la lucha que sostuvo con él mismo entre su conciencia y sus razones, por lo que sin darse cuenta se queda profundamente dormido en su sillón. Cuando de pronto:



   Continuara...

      Desde la plenitud... Chus.



1 comentarios:

JUANA dijo...

ME ESTA RESULTANDO UN CUENTO PRECIOSO Y MI IMPACIENCIA ME LLEVA A ESTAR PENDIENTE DEL DESENLANCE Y PONERME NERVIOSA, CONSIDERANDO QUE NOS LO PODIAIS DAR MAS EXTENSO EN CADA CAPITULO.
TAL VEZ, SEA UN MEDIO PARA DESARROLLAR MI PACIENCIA. ¡FALTA ME HACE!.
GRACIAS, DE TODO CORAZÓN, OS SIGO Y TODO LO QUE SALE DE VUESTRA PLUMA ES DE GRAN SABIDURIA.
VOY A IMPRIMIRLO UNA VEZ TERMINADO Y REGALARLO A MIS DOS NIETOS.
MIS BENDICIONES PARA TODOS VOSOTROS Y TODO MI AMOR.

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